La felicidad empieza por casa

¿Por qué unas personas alcanzan las metas que se proponen y otras se quedan a medio camino?

Quizá sea una de las dudas más extendidas de todo ser humano. Esta misma pregunta se hizo Robin Sharma quien luego se convirtió en uno de los autores más reconocidos en el arte de inculcar felicidad y calidad de vida de las personas.

Para Sharma no hay felicidad sin disciplina. Lejos de lo que podría creerse, el bienestar no es aleatorio, mágico o instantáneo sino que requiere esfuerzo y la incorporación de una serie de hábitos que promueven la buena salud física y mental.

El autor propone 10 pautas, que él mismo practica. “Me levanto a las 5 am, cinco días a la semana, y los fines de semana hago una siesta. Al menos una vez por semana tengo una conversación con una persona interesante. Una conversación puede cambiarte la vida. A lo largo del día hago declaraciones para mí mismo, lo que yo llamo declaraciones de éxito, que me permiten mantener mis pensamientos centrados en lo que es importante. Los pensamientos son los antecedentes de los actos, porque una forma correcta de pensar conduce a una forma correcta de actuar.

En su libro, Lecciones sobre la vida del monje que vendió su Ferrari, este experto en liderazgo redobla la apuesta y amplía su paradigma de la felicidad instando a las personas a abandonar su zona de confort para abrazar los cambios y asumir los riesgos como condiciones sine qua non para darle un verdadero sentido al pasado y celebrar el presente.

Uno de los consejos que propone se sostiene en “no perder la perspectiva”. Es decir, el cambio es la única constante en la vida de las personas y por lo tanto ante circunstancias difíciles la única forma de salir adelante es comprender e internalizar que la adversidad no es eterna sino circunstancial.

Sharma también invita a honrar el pasado. Cada segundo que te demoras en el pasado se lo robas a tu futuro. Pensar en las cosas que desearías que nunca te hubieran sucedido en realidad impide que las cosas que deseas entren en tu vida. "Emplea las lecciones que has aprendido de tu pasado para abrirte a una nueva dimensión de conciencia e iluminación", recomienda.

En este proceso es fundamental la autodisciplina, la felicidad depende del trabajo y de la fuerza de voluntad por lograr una meta, como en cualquier orden de la vida. Así, es necesario no sólo mirarse así mismo sino al prójimo. Una de las lecciones es por lo tanto, ponerse en la piel de los otros y tomarse el tiempo para comprender verdaderamente que le pasa a otras personas.

La empatía es un valor que genera felicidad a quien lo practica ya que incluye cualidades como la tolerancia, el aprendizaje basado en la diferencia y asumir la verdadera responsabilidad de creer en la diversidad como estandarte del ejercicio de la solidaridad hacia el prójimo.

Esta obra termina con un gran lema titulado Ama tu trabajo. “Uno de los secretos para disfrutar de una vida larga y feliz es amar el trabajo que hacemos. Si amas tu profesión, descubrirás que nunca tendrás que volver a trabajar en tu vida”.

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