El Dr. Máximo Ravenna presenta un informe sobre cómo influye la alimentación en el humor de las personas

Los hábitos alimentarios, la calidad de la comida, su exceso o su escasez influyen en el humor y provocan resultados directos en el organismo.

Comer poco pone fastidioso a las personas y malhumoradas. Está relacionado con estructuras de equilibrio, satisfacción, placer, estabilidad y serenidad. Si una persona está consumiendo alimentos permanentemente es porque está atrapado en el vínculo adictivo con la comida, y su trasmisión hacia el resto será de inquietud permanente, además va engordando de peso de forma paulatina para generar cambios, lo que se llama el contagio de los hábitos.

El mal humor y la gordura pueden generar un estado de euforia que se asemeja al buen ánimo pero que, en realidad, resulta ser una manía, un mecanismo de negación en donde ya nada importa. El humor, tiene que ver con una calidad y estado de alimentos. Se dijo siempre que una persona que consume mucha carne es más agresiva; que una persona vegetariana es más tranquila y que la que come moderadamente tiene una actitud más serena, sabia y equilibrada.

La sensación ambiental de quien come vorazmente, o de manera desenfrenada, no es una buena imagen. Esa persona sabe que la están observando, cuando terminó de comer, se da cuenta que lo hizo en pocos minutos, que se quedó con el plato vacío y eso le da ganas de volver a repetir. Hay contagio de una persona a otra, de hábitos excesivos, alguien que no tenía tendencia a engordar puede empezar a hacerlo después de casarse o de formar pareja con alguien come demasiado, toma mucho alcohol, que le enseña los placeres del alcohol de ciertas comidas, con una afinidad hedónica por excelencia, eso es contagio.

Muchas veces una persona que hace dieta está agresiva y eso puede pasar porque no le está dando resultados, o porque el régimen de comidas le hace sentir hambre, ya que le sacaron los alimentos de índice glicémico, por lo que está irritable haciendo dieta, estaba irritable estando gorda y vive irritable porque hace mal la dieta. Cuando uno empieza a hacer un buen régimen de comidas las ganas de comer se van, ya que esto proporciona un nivel alto de saciedad, a pesar de que la dieta sea hipocalórica. Así, es probable que veamos cómo se modifica tanto el humor ambiental como el humor interno.

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