Crónica de Islandia, un país en el que los vicios dejaron de estar de moda

Extenuante trabajo para erradicar la mayoría de las adicciones en el país. «Youth in Iceland», factor fundamental en este proceso. Actualmente, el alcohol y el tabaco es algo excepcional en la nación del fuego y el hielo.

Por Matías Russo
@matiasfederusso

:: Argentina ::

Y una vez más el trabajo da sus frutos. Queda demostrado que la ocupación y la dedicación, a base de un elaborado proyecto a mediano y largo plazo, es de suma importancia para prosperar. Sobre todo si se relaciona con la política de un país.

Durante varios años, más precisamente en los finales de los 90, Islandia presentaba los niveles de consumo de alcohol y tabaco en jóvenes más altos de Europa. Fue por eso que el gobierno, cansado de encabezar la lista negra de los vicios, decidió ponerle fin a esa oscura etapa, aplicando un plan que pueda acabar con las peligrosas adicciones, que tanto daño causaban en la sociedad.

Así, a través del programa Youth in Iceland (Juventud en Islandia) lanzado en la televisión local en 1998, se redujo el consumo de sustancias aditivas en la adolescencia. Cada dos años, Youth in Iceland estudia con encuestas entre los adolescentes, las costumbres de consumo, rendimiento escolar, características de los hogares y problemas emocionales. La idea es elaborar informes orientados específicamente para cada distrito y escuela. Después, se analizan esos documentos a nivel local en un trabajo conjunto con las escuelas, las comunidades y los municipios, que identifican los principales factores de riesgo y de protección frente al consumo de alcohol y drogas. A partir de ahí se piensa en cómo fortalecer los segundos y debilitar los primeros.

Por su parte, Jón Sígfusson, director del Centro Islandés para la Investigación y el Análisis Social, responsable de Youth in Iceland, analizó la forma de investigación previa antes de dar la primera resolución y, en diálogo con BBC Mundo, señaló: "A menudo se actúa en función de impresiones. Y esto es muy peligroso. Hay que tener información sobre las comunidades que sea fiable y a partir de ahí se pueden tomar decisiones". Además, haciendo hincapié en la gran importancia de los factores parentales, el encargado del programa televisivo islandés afirmó: "Los responsables no son los niños, sino nosotros, los adultos. Debemos crear un entorno donde se encuentren bien y tengan la opción de llenar su tiempo con cosas actividades positivas. Esto hará que sea menos probable que empiecen a consumir sustancias".

Los estudios arrojaron que la mayor participación en actividades extraescolares y el aumento del tiempo pasado con los padres disminuían el riesgo de consumir alcohol y otras sustancias. Por lo cual, Islandia incrementó los fondos destinados a la oferta de actividades para adolescentes, como deportes, música, teatro y danza. Y desde 2002, se prohibió que, salvo excepciones, los niños menores de 12 años y los adolescentes de 13 a 16 años anden solos por la calle después de las ocho y las diez de la noche respectivamente.

Hoy en día, las cifras hablan por sí solas. Apenas el 5% de los jóvenes de entre 14 y 16 años afirma haber bebido alcohol durante el mes anterior y solo el 3% asegura fumar tabaco a diario. Únicamente el 7% ha consumido marihuana al menos una vez en los últimos 30 días, según informa el portal Iceland Monitor. Comparativamente, en el resto de Europa los porcentajes se elevan hasta el 47%, el 13% y el 7% respectivamente.

El cambio cultural del país nórdico fue categórico. Lo avalan las estadísticas y la vocación de sus ejecutores. Los resultados obtenidos por Islandia llevaron a la creación en 2006 del programa Youth in Europe, cuyo fin es extender la metodología hacia otros lugares del continente. En diez años, más de 30 municipios europeos adoptaron el proyecto para que sus jóvenes dejen de consumir alcohol, tabaco y drogas. La solución islandesa se juró, antes, estudiarlos y entenderlos.

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